miércoles, agosto 08, 2007

Here. In My Head

Sin duda es dificil reconocer cuando algo se pierde para siempre, quizás es más dificil porque se cae en cuenta que jamás se tuvo, o más dicho jamás fue lo que uno pensó. La amistad es algo que se cultiva día a día, sí un impresionante cliche que a parte de darme un poco de risa escribirlo me parece ahora una inmensa verdad.

Siempre he sido un tipo solo, de pocos amigos, me cuesta demasiado depositar confianza en gente que recién conozco o formar una amistad nueva, es por eso que cuando logro hacerlo soy bastantante aprensivo y porque no reconocerlo asfixiante a ratos: uno de los defectos que tengo en mi lista de cosas a eliminar.

Una vez, hace mucho tiempo, alguien me dijo que esperaba demasiado de la gente y desde ese momento lo he tenido claro, pero no he sido capaz de dejar de hacerlo. Es una mala costumbre que hasta ahora me ha traído más de un problema a la hora de establecer relaciones con mis amigos, pero que tiene de malo esperar cosas que se supone están implicitas en esto de la amistad.

Hoy desperté a las 6:15 de la mañana con la sensación de que todo se perdió, que el silencio se llevo todo, que ya nada será como antes y encendí la radio; me puse a escuchar a la Merchant mientras miraba por la ventana como el hielo brillaba en los techos de las casas y como el sol iba alumbrando de a poco el paisaje y hubo un silencio en el que me di cuenta que ya no hay nada más que sólo el recuerdo de lo que fueron las palabras escritas que con cada año se hicieron menos....y dejó de cantar la Mechant y el sol brillaba.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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